Dr. Hugo Japaze
Jueves 26 de septiembre. 19 hs
Salón de la Academia Nacional de Ciencias
Av. Vélez Sarsfield 229
Dr. Hugo Japaze
Comenzó su Carrera de Médico en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán y la concluyó en la Universidad Nacional de Buenos Aires.
Realizó su posgrado como Residente y Fellowship en el Baltimore City Hospitals y en The Johns Hopkins Hospital and University. Baltimore. Maryland, Estados Unidos de América.
Completó la Carrera Docente en la Facultad de Medicina de la UNT obteniendo el título de “Docente Autorizado” de la Cátedra de Anatomía Patológica. Con aprobación de su trabajo de investigación sobre “Lesiones Papilares de la Glándula Mamaria”.
Doctor en Medicina. Facultad de Medicina de la UNT y con premio de la Sociedad Israelita de Tucumán. Defendió su Tesis Doctoral sobre “El Carcinoma Lobulillar Infiltrante de la Glándula Mamaria”.
Ocupó todas las instancias de la docencia universitaria en la Facultad de Medicina de la UNT, por Concursos, desde Ayudante Docente Estudiantil, JTP, Profesor Adjunto, Asociado y Titular de la cátedra de Anatomía Patológica.
Profesor Titular por concurso de la Cátedra de Anatomía y Fisiología Patológicas de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Tucumán.
Maestro de la Medicina. Distinción otorgada por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán.
Director de PatLab. Laboratorio Privado de Patología de Tucumán.
Resumen de la Conferencia:
La abrumadora aceleración científico-tecnológica en todas las disciplinas del saber, y sobre todo la que ocurre en la Medicina, indica una meditación sobre su impacto en la relación médico paciente. El propósito es analizar ambos componentes para una reflexión desde el orden académico.
Sin pretender agotar el tema por su amplitud y heterogeneidad, se abordan algunos tipos de cáncer cuando el análisis obliga a ordenar la cuantiosa información que poseemos.
Se propone la idea de que la aceleración científica y la relación médico-paciente no solo son complementarios, sino necesariamente inevitables en sus recíprocas potencialidades para encumbrar el fundamento ético.
En lo científico, por un lado, se trata la línea evolutiva a partir de la concepción regional del cáncer con la que se justifica la cirugía hasta la actualidad genómica y molecular positiva y alentadora con sus consecuencias antropológicas.
Por otro lado, desde lo humanístico, la ciencia y la tecnología indican a profundizar la concepción del hombre con el propósito de respetar la vida y su dignidad.
También, y a modo de anhelo, se intenta demostrar una necesaria e inevitable convergencia entre ciencia, pensamiento y emoción cuando se trata de que en ese particular micro mundo generado entre el medico y su paciente, ambos convivan la enfermedad.
Con este propósito, es imprescindible recurrir a variables de la comunicación entre médicos y pacientes como parte del arte diagnóstico y terapéutico que ponen en juego la virtud, entrega y habilidad en un encuentro donde muchas veces concurren interrogantes sin respuestas.
La particularidad del hombre enfermo demanda el trabajo interdisciplinario, puesto que no podrá caber toda la dimensión de su enfermedad ni aun encontrar su explicación en un saber único.
Para desarrollar lo antedicho es menester partir de las preguntas que indefectiblemente se formula el paciente: ¿por qué a mí? ¿por qué ahora? ¿por qué esto?
Además, teniendo en cuenta la máxima terapéutica que ordena “hacer el bien al paciente” y que obliga a los médicos a escucharlos, respetarlos, hablarles con la verdad sin abandonar la prudencia y, en ningún caso destruirles la esperanza.
Finalmente, se destaca la importancia de poner todos los recursos de la ciencia, el criterio y la sabiduría al servicio del enfermo. Es que, existen pocas posibilidades de buena praxis médica sin conocimiento científico actualizado; también reconocer que con la sola conmiseración es poco probable que podamos obtener el bien deseado sobre el dolor humano.
Es lo primordial para que la relación médico-paciente sea equilibrio sensato de ciencia y humanismo entre el que sufre y el que acompaña en un convite impredecible e inmutable.